Hablando de cosas

Mis propios recuerdos son un tema sumamente complejo... hay tantos factores que intervienen para que un recuerdo sea guradado en la memoria dentro de un santuario y la puerta de entrada sea la fortaleza mas grande e inaccesible de mi mente.

Hacia frio, mucho frio... pero yo ya andaba acostumbrada, venía de Mendoza y nos encontrabamos ahi los dos... despues de casi un año de no vernos, de vivir en diferentes estaciones y casi en los extremos del planeta, cuando yo sentìa calor y la pasiòn invadia mis sentidos; tu sentias tanto frio que no tenias ganas de platicar conmigo de esos temas.

Estabamos por fin uno frente a otro despues de haber bebido cervezas en un bar de San Telmo, despues de comer Pizza porteña en tu lugar favorito; en ese lugar de tus recuerdos dulces de infancia. Yo no me sentía mas como una extranjera; desde hace mucho tiempo ya no me sentía asi. Teniamos muy poco tiempo para estar juntos, mi vuelo de regreso a casa saldría en cuatro horas.

Me sostenias la mano y eras tan alto que casi no podia alcanzarte, me encontraba en la puerta de mi casa provisional; y sobre el escalòn de entrada yo te repetía constantemente "soy peticita" al mismo tiempo que tomaba tus manos para entrelazarlas con las mias.

El recuerdo de tu mirada puesta cálidamente en mi rostro, tenias en el rostro una expresión de nostalgia, ese recuerdo ahora me queda en la memoria, pero sin tristeza y aun no se que pasaba por tu cabeza en ese instante no se si sentiste tristeza o alivio, no sé si me habias extrañado tanto como decias que lo habias hecho, no sé si realmente me creiste antes cuando te dije que te iba a visitar hasta el momento que me viste ahi en tu laburo, encima de ti en un abrazo tan fuerte como pocos en la vida he dado.

Tenía que volver a mi patria y tu no tenias planeado visitarme, sabiamos que iba a terminar en esa puerta en la calle Corrientes; estaba amaneciendo y habia mucha niebla a nuestro alrededor, el invierno estaba entrando, pero la temperatura se mantenia muy baja, estaba temblando de frío; no habia dormido en dos noches y empezaban a cerrase los ojos.

Amaba tu mirada, tu acento tan diferente al de los demas porteños, tus ojos, tus frases, y ese enorme gusto por la historia de tu patria. Amaba todo de tí.

Te abracé muchos minutos, no recuerdo cuanto tiempo pasó, y en esa puerta me dijiste "chilanguita eres especial por el tipo de persona que sos", y me besaste a fin de que te doblaste en dos, casi en cuatro para hacerlo...

fin del recuerdo.

Mar-c eres el porteño mas cordial, amable y lindo que conocí. Gracias por esos recuerdos que se encuantran muy bien guardados en mi memoria, por enseñarme que el amor se puede expresar de muchisimas maneras, gracias tambien por haber sido sincero conmigo siempre.

Comentarios

Fabiola ha dicho que…
Hola! Ahora si me hiciste llorar, me identifique mucho con esto, alla primavera, aqui invierno, tan lejos y tan cerca...Las despedidas son teribles, apenas hace tres dias y la ultima mirada, el entrando en la sala de abordar, no se si lo vuelva a ver algun dia, parece que al leer algunos renglones, lei mi historia...cuidate y salud por los amores de lejos, que mas que ser de pendejos o de cuatro, son una experiencia tan hermosa, como dolorosa
Taka X ha dicho que…
Los recuerdos...
Son una fantasia, fabula, novela, cuento u otro tipo de obra, guardamos de forma subjetiva los elementos que convienen: son nuestras historias de amor y no las dejaremos.

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