Las manos no dejan de temblarme, llevo varios dias durmiendo solo dos horas, tengo tanto miedo que ni siquiera puedo hablar de esto de una amnera clara.

Hermano: al saber de tu existencia, el saber que no estaba equivocada, que no era un recuerdo infantil, me parece muy dramática tu escasa existencia.

Donde quiera que tú estes, quiero que sepas que te amo y que me hubiera encantado compartir una vida contigo.

Mi mundo se fué, se cayó el cristal tras la partida de ella, ella lo era todo, ahora ya no hay nada, solo recuerdos inertes de los que no llegaron a existir, aquellos cuya existencia representaba el sufrimiento de los demás; yo estoy en esa lista, todos me aconsejan huir, tengo miedo, tengo terror... tengo que esperar a que mis alas sean fuertes y poder hacerlo por mi misma, me estoy preparando para eso.

Tu nombre... me gustaria llamarte de algún modo... te pondré un nombre porque lo mereces, porque yo te quería... casi puedo verte, serías menor que yo, si hubieras existido; mi infancia no hubiera sido tan solitaria, hubieramos sido compañeros y quizá hasta te hubiera ayudado a elegir profesión.

Te llamarás Ángel

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